Las tendencias, las relaciones sociales y los comportamientos de los consumidores no dejan de evolucionar y cambiar constantemente. Los roles de mujeres y hombres, de jóvenes, adultos y de la tercera edad en la sociedad de hoy en día, han dado un giro radical. Un gran ejemplo que muestra la transformación que se ha generado durante los últimos años son los videojuegos.
Los europeos llevamos jugando con consolas desde 1970 y lo que empezó como algo que parecía muy dirigido a hombres jóvenes que se juntaban con este fin, ha evolucionado con el paso de las generaciones modificando el mercado. Padres jugando con sus hijos, mujeres gammers ganando terreno a los hombres o ancianos ejercitando cuerpo y mente gracias a consolas interactivas que combinan agilidad mental con ejercicio físico, son claros ejemplos de esta evolución.
No sólo se trata de uno de los sectores con mayor nivel de contratación hoy en día, sino que según los últimos estudios realizados, el ritmo de crecimiento podría llegar a alcanzar el 26% anual y en lo referente a mobile games o juegos “online”, podrían suponer 60.000 millones de dólares del total de los 100.000 que equivaldrían al total de la industria en 2017.
Uno de los principales nichos de mercado en el sector de los videos juegos, y que cada día gana más público es el conocido como “mobile games”, estrechamente vinculado a las nuevas generaciones de smartphones y a un uso cada vez mayor de estos dispositivos que pasaron de ser un simple medio para comunicarnos a casi cumplir las funciones de un ordenador portátil.
Los profesionales de reclutamiento han visto este cambio en el mercado de primera mano, ya que cada vez son más las compañías que acuden a ellos para externalizar la búsqueda de los perfiles tan variados que están presentes en el diseño de los videojuegos tales como son los diseñadores y los testeadores.
La persona o personas que deciden en última estancia cuándo un juego puede salir a la venta son los testeadores. En este caso, se trata de un perfil profesional muy confundido socialmente. Un trabajo que consiste en jugar durante horas y horas y que además se basa en la gran pasión de quien lo realiza suena realmente idílico. Sin embargo, la realidad es que requiere una serie de aptitudes y experiencia que convierten esta figura dentro de la industria en algo más que un “friki” probando un juego. Además de tener excelentes habilidades comunicativas, los testeadores han de tener dotes de negociación y gestión de conflictos, así como una exquisita atención a los pequeños detalles, debe saber identificar los problemas más importantes en cada momento y priorizarlos para proceder a su solución.
Además, con los teléfonos de última generación ya completamente integrados en la sociedad, el nuevo sistema de videojuegos diseñados especialmente para estos dispositivos ha recibido un gran impulso. De la mano de los smartphones, destaca el crecimiento experimentado por los juegos hechos en exclusiva para redes sociales, que hoy en día alcanza los millones de usuarios. Este alcance ha supuesto cambios en el modelo de negocio y el público al que van dirigidos los juegos.
Debido a todos estos cambios en la industria del videojuego y por la implantación de diferentes tipos de dispositivos móviles en nuestras vidas cotidianas, la producción de un videojuego ha pasado de ser un proyecto de un programador, a involucrar de entre 30 a 60 especialistas y profesionales con un alto perfil profesional entre los que se encuentran, tanto programadores como músicos, artistas 3D o animadores. Dadas las exigencias del mercado, las compañías pertenecientes a esta industria recurren a empresas de selección de personal altamente cualificado para asegurar que los proyectos cumplen las exigencias del público.
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