La globalización de los mercados y el proceso de transformación digital en el que se encuentra inmersa toda la sociedad han hecho que las organizaciones hayan evolucionado sus procesos de gestión hacia modelos más colaborativos, dejando atrás las tradicionales prácticas de gestión de personas apoyadas en herramientas TI que se usaban de manera aislada para tareas administrativas y que mostraban un valor prácticamente “nulo” para la mayoría de los managers y empleados.
Hoy día, lo que ya se conoce como la Tercera Plataforma, un nuevo estadio en la evolución tecnológica y que tiene como principales punta de lanza la movilidad, el cloud, el social business y el big data analytics, empieza a inundar prácticamente todos los procesos que tienen lugar dentro de cualquier organización, ya sea ésta pública o privada.
También la gestión del talento se ha visto salpicada, felizmente, por este conjunto de tecnologías que han propiciado la aparición de nuevos modelos de gestión y planificación de los recursos humanos, esta vez, basados en el empleo de aplicativos de última generación que buscan incrementar la productividad y la rentabilidad, involucrando a todos los empleados en la estrategia corporativa. Y reduciendo costes. Y mejorando la agilidad de los procesos. Y liberalizando recursos. Y aumentando la autonomía de empleados y empleadores. Y compartiendo información. Y mejorando la capacidad de análisis de la organización. Y, así hasta contabilizar más de mil razones por las que la tecnología o mejor dicho, este tipo de tecnología cloud, móvil, social y analítica, permite evolucionar los procesos de gestión del talento.
Teniendo en cuenta que una de las prioridades que aparece con más frecuencia en las agendas de los responsables de recursos humanos es marcar la diferencia real entre los empleados que son de verdad eficientes y productivos y los que son, meramente operativos, este tipo de aplicativos se hacen absolutamente imprescindibles para poner en marcha estrategias que permitan detectar, evaluar, compensar, motivar y retener el talento clave.
Una solución HR realmente eficaz debe mejorar sustancialmente los procesos empresariales, ayudar a desarrollar e incentivar al talento estratégico, garantizar la coincidencia de los objetivos de los empleados y de la organización y, por supuesto, impulsar el crecimiento de la empresa. Pero además debe hacer todo esto, sin poner en riesgo la actividad ordinaria de la organización. Quiero decir, que deben ser herramientas fáciles de utilizar, de concepción sencilla, que pasen lo más desapercibidas posible–desde el punto de vista estrictamente tecnológico y operativo-, que faciliten la complicidad entre todos los miembros y niveles de la organización, y, en definitiva, que sumen capacidades y, si se me permite la expresión, frescura y, por supuesto, transparencia.
Pero ¡ojo!, la tecnología es sólo el vehículo para llegar al destino. La llave sigue estando en manos de las personas. Y una gestión óptima del talento debe apostar por impulsar el compromiso de los colaboradores que deben sentirse satisfechos con su empleo y con sus expectativas de promoción, desarrollo, crecimiento o estabilidad dentro de la compañía. Y eso pasa porque los managers, jefes de área e, incluso, la propia dirección sean capaces de transmitir correctamente a sus empleados, -a ser posible con entusiasmo e ilusión- la misión, la visión, los valores y los objetivos corporativos y facilitarles todas las oportunidades posibles para que puedan desarrollar con éxito su carrera profesional dentro de la organización. Y luego sí, apoyarse en las soluciones tecnológicas adecuadas, será una de las claves para lograrlo.
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