Cada vez es mayor el número de empresas que apuesta por el potencial que tienen las redes sociales y que diseña estrategias desde diferentes departamentos. Comprobamos como en Marketing incluyen ya buena parte de su presupuesto en comunicación on-line. También empezamos a ver cómo se forma a los departamentos comerciales en el conocimiento del nuevo cliente digital. Si hablamos de recursos humanos el cambio es, también, indudable. Todos tenemos presente ya la posibilidad de poder utilizar Linkedin o Twitter para conocer y seleccionar a candidatos, pero, paralelalamente, debemos tener en cuenta que en muchas ocasiones los perfiles a los que nos vamos a dirigir están habituados a la tecnología y el social media. Hablamos de los Y, y muy pronto, de los “Z” , por lo que es casi inevitable la pregunta: ¿Cómo ven ellos a su reclutador?
Si analizan la empresa, y a los posibles entrevistadores, tardarán pocos minutos en acceder a sus perfiles sociales disponibles, conocer la trayectoria profesional, la presencia en medios sociales digitales o la pro actividad en red…. ¿Somos conscientes de ello? Y ¿Tenemos un perfil digital a la altura de las circunstancias?
Mi primera sugerencia es que debemos separar muy bien los perfiles profesionales de los personales ya que existen herramientas de búsqueda que permiten encontrar todas las redes sociales de una persona con un solo click. Por lo que es más que probable que no sea adecuado que puedan asociarse nuestras cuentas profesionales y personales. Os muestro un ejemplo:
Como se puede apreciar a la derecha de la imagen se puede acceder a todas mis redes sociales simplemente consultando mi cuenta de Twitter.
No se puede obviar, que este tipo de herramientas que empiezan a usar algunos reclutadores, estarán, también, a disposición de los candidatos en poco tiempo.
Es todavía común hoy oír argumentos, algunos rotundos y aparentemente sólidos, de no pocos motivos por los que no cuidar con máximo esmero nuestra presencia en redes. Algunos de los más comunes son la falta de tiempo y no considerarlo una prioridad, sobre todo, si uno dispone ya de trabajo, y más si el puesto es estable.
Por otra parte nos encontramos también un muy considerable número de casos en los que los motivos no dejan de ser clásicos conocidos de resistencia al cambio: “hasta ahora no ha sido necesario” , “quizá para otros sí, pero para mí no..” y excusas varias que se suelen verbalizar todas bajo el simple argumento: “ Es que en realidad, a mí las redes sociales no me gustan”…”las uso, pero sólo para determinadas búsquedas o sólo para”….
Creo que es momento de tomar conciencia de la importancia de tener una buena marca profesional en red. No podemos darle la espalda a una realidad y es que más allá de una preferencia personal, o de la costumbre, el 2.0 se ha instaurado con fuerza y demostrando una solidez a priori cuestionada o interpretada como una corriente o moda pasajera. El número de miembros en las redes no ha dejado de crecer y parece que va a seguir siendo así, por lo que son un canal magnífico para conocer, compartir, interactuar, detectar talento y para presentarnos con nuestra mejor tarjeta.
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