Desde muy joven supe que quería desarrollar mi carrera profesional en el mundo de los recursos humanos. Levantarme cada día sabiendo que puedo de influir en la vida de otras personas es mi mayor fuente de energía. Hace que sea un poco más fácil levantarme cuando suena el despertador a las 6.30 a.m, en el mejor de los casos.
En todo este tiempo, he visto evolucionar las reglas del juego en el mercado de trabajo, especialmente en los últimos 5 años con la aparición de la tecnología. En plena era de la información ya ningún profesional de los recursos humanos puede permanecer al margen de esta realidad. Hoy, 4 de cada 5 candidatos buscan trabajo a través de las redes. LinkedIn cuenta con más de 300 millones de CV’s a nivel global, y cada día vemos aparecer nuevos actores.
Ante este contexto, ¿cuál es el papel de los departamentos de recursos humanos en esta nueva era? Si los candidatos ya están a disposición de todos en las redes, ¿qué papel juegan los Técnicos de Selección?
Pocas profesiones considero tan vocacionales como dedicarte a la selección de personas. Conseguir que el candidato se sienta valorado, escuchado, en una posición de igual a igual… es tremendamente importante. La misión del técnico de selección no es hacer simplemente un repaso curricular (eso ya está en las redes). Mucho más importante es predecir aquellos comportamientos que llevarán al candidato al éxito en su futura posición, e intuir aquellos valores que le asegurarán el éxito en su futura empresa. Y esto sólo se consigue en el cara a cara.
El éxito en un proceso de selección no es incorporar a una persona a un puesto determinado, si no conseguir que esa persona se sienta parte de su nueva compañía, comparta sus valores y tenga las competencias necesarias para conseguir sus objetivos en el menor tiempo posible.
Como dice el CEO de Starbucks, Howard Schultz, “las marcas más poderosas y sostenibles se construyen desde el corazón”, y esto sin duda se inicia en el proceso de selección. Contar con profesionales que sientan pasión por su profesión, que conozcan las mejores fuentes de reclutamiento para atraer el talento, que sepan separar lo bueno de lo menos bueno, que creen entornos de confianza con los candidatos para poder sacar lo mejor de ellos, que sepan predecir comportamientos que lleven al éxito profesional, y, lo más importante, aquellos valores que garanticen un matrimonio estable, duradero y enriquecedor para el candidato y la empresa.
Después de 15 años en esta profesión sigo sintiéndome afortunada por trabajar por y para las personas. Cada proceso de selección es un reto, cada candidato único y cada empresa y cada posición tienen matices distintos. En mi opinión, ésta es la verdadera esencia del área de selección de personas.
Desde muy joven supe que quería desarrollar mi carrera profesional en el mundo de los recursos humanos. Levantarme cada día sabiendo que puedo de influir en la vida de otras personas es mi mayor fuente de energía. Hace que sea un poco más fácil levantarme cuando suena el despertador a las 6.30 a.m, en el mejor de los casos.
En todo este tiempo, he visto evolucionar las reglas del juego en el mercado de trabajo, especialmente en los últimos 5 años con la aparición de la tecnología. En plena era de la información ya ningún profesional de los recursos humanos puede permanecer al margen de esta realidad. Hoy, 4 de cada 5 candidatos buscan trabajo a través de las redes. LinkedIn cuenta con más de 300 millones de CV’s a nivel global, y cada día vemos aparecer nuevos actores.
Ante este contexto, ¿cuál es el papel de los departamentos de recursos humanos en esta nueva era? Si los candidatos ya están a disposición de todos en las redes, ¿qué papel juegan los Técnicos de Selección?
Pocas profesiones considero tan vocacionales como dedicarte a la selección de personas. Conseguir que el candidato se sienta valorado, escuchado, en una posición de igual a igual… es tremendamente importante. La misión del técnico de selección no es hacer simplemente un repaso curricular (eso ya está en las redes). Mucho más importante es predecir aquellos comportamientos que llevarán al candidato al éxito en su futura posición, e intuir aquellos valores que le asegurarán el éxito en su futura empresa. Y esto sólo se consigue en el cara a cara.
El éxito en un proceso de selección no es incorporar a una persona a un puesto determinado, si no conseguir que esa persona se sienta parte de su nueva compañía, comparta sus valores y tenga las competencias necesarias para conseguir sus objetivos en el menor tiempo posible.
Como dice el CEO de Starbucks, Howard Schultz, “las marcas más poderosas y sostenibles se construyen desde el corazón”, y esto sin duda se inicia en el proceso de selección. Contar con profesionales que sientan pasión por su profesión, que conozcan las mejores fuentes de reclutamiento para atraer el talento, que sepan separar lo bueno de lo menos bueno, que creen entornos de confianza con los candidatos para poder sacar lo mejor de ellos, que sepan predecir comportamientos que lleven al éxito profesional, y, lo más importante, aquellos valores que garanticen un matrimonio estable, duradero y enriquecedor para el candidato y la empresa.
Después de 15 años en esta profesión sigo sintiéndome afortunada por trabajar por y para las personas. Cada proceso de selección es un reto, cada candidato único y cada empresa y cada posición tienen matices distintos. En mi opinión, ésta es la verdadera esencia del área de selección de personas.
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