La mediación es una forma de resolver conflictos entre dos o más personas con la ayuda de una tercera persona imparcial: el mediador.
El mediador es un profesional que ayuda a las personas a solucionar su conflicto sin que se convierta en un proceso largo, que pueda llevarle a los tribunales. Mediar, otorgar confianza, ser comunicativo, ser objetivo e imparcial son algunas de las habilidades claves de una profesión con una elevada proyección de futuro.
La importancia de esta profesión cuenta con el respaldo del Gobierno y de las diferentes Instituciones a través de diversas medidas adoptadas: se ha creado el Registro de Mediadores e Instituciones, al que puede acudir cualquier persona interesada para solicitar un servicio de mediación. Además, los propios juzgados, pueden requerir un mediador del registro para que intervenga en un procedimiento.
Con la mediación profesional, los ciudadanos pueden obtener una solución más rápida y efectiva con plena eficacia jurídica que la que obtendrían, tras una larga espera, de los saturados juzgados españoles.
Por ello, ser mediador es una alternativa en auge que desde la entrada en vigor de la Ley 5/ 2012 regula y garantiza esta formación oficial.
¿Qué validez tiene un acuerdo de mediación ante los tribunales?
Si la mediación se inicia cuando las partes se encuentren dentro de un procedimiento judicial, éstas podrán solicitar que el acuerdo sea homologado por el tribunal según lo dispuesto en la Ley de Enjuiciamiento Civil, dotándolo de carácter de sentencia judicial. Si la mediación se inicia de forma extrajudicial, para que este acuerdo se convierta en un título ejecutivo tendrá que ser elevado a escritura pública ante un notario.
Al margen de lo que podamos pensar que los mediadores son abogados y sirven para “los que se quieren divorciar” o “tienen problemas familiares de herencia”, en la actualidad, las empresas necesitan mediar en los conflictos abiertos y no resueltos: juicios, bajas laborales, mal clima laboral, bajo rendimiento de los empleados… etc
Se recomienda una mediación preventiva en el ámbito interno de las empresas, de esta forma podemos solventar los conflictos internos, conflictos entre departamentos y conflictos en la gestión de los Recursos Humanos, conflictos laborales.
En muchos de los conflictos surgidos en el seno de las empresas, la figura del mediador puede recaer en los Directores de RRHH que posean las habilidades y la formación para ser mediadores. Por ejemplo, ante un conflicto surgido entre distintos trabajadores por la elección de las vacaciones de verano, el director de recursos humanos puede mediar entre ellos, evitando un mal clima laboral y que sea la empresa quien finalmente tenga que imponer una decisión que en realidad le resulta indiferente, a sabiendas de que seguramente los trabajadores no quedaran satisfechos.
Es destacable que el 70% de los casos que suelen ser derivados a la mediación, terminan en acuerdo.
La mediación, como herramienta complementaria a otros instrumentos de resolución de conflictos, bien utilizada por las empresas proporciona: eficacia, ahorro de costes y de tiempo y, repercutirá positivamente en el clima laboral y la productividad de la empresa.
¿Qué formación se necesita para ser mediador?
Para ser mediador civil y mercantil la Ley 5/2012 de 6 de julio dispone que, el mediador debe además de poseer un título oficial universitario o de formación profesional superior, realizar uno o varios cursos específicos impartidos por instituciones debidamente acreditadas, que tendrán validez para el ejercicio de la actividad mediadora en cualquier parte del territorio nacional.
Para aquellos Directores de RRHH o personas interesadas en formarse en esta profesión pueden acudir a la página: http://sermediador.com/ donde encontrarán información así como cursos sobre mediación civil y mercantil.
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