Aunque todavía quede gente que lo piensa, la Prevención de Riesgos Laborales no es un invento para que los empresarios gasten dinero en seguridad, ni para que los trabajadores causen menos bajas laborales al año, algo que tantas pérdidas producen a las empresas. La prevención es algo mucho más serio y su objetivo final es tan simple como inequívoco: el de preservar la salud y la vida de los empleados en sus puestos de trabajo en general.
Sin pretender ser catastrofista, las cifras de accidentes de trabajo son un elemento desestabilizador que preocupa a empresarios, sindicatos y trabajadores y que tiene una amplia repercusión social que se magnifica cuando se producen accidentes de cierta magnitud, que afortunadamente son cada vez más esporádicos en nuestro mercado. También es cierto, que la siniestralidad ha bajado en los últimos años, como consecuencia de la crisis; pero también gracias a una mayor mentalización sobre los beneficios de la prevención laboral. Los accidentes generan, a veces, muchas lesiones que provocan problemas crónicos y enfermedades del trabajo que subsisten de por vida con el trabajador, limitando su salud y acortando vida laboral.
Desgraciadamente sólo ante estos casos reaccionamos cuando se habla de riesgos laborales. La mayoría del tiempo se prefiere mirar hacia otro lado, pensar «eso no va a pasarme a mí» o aquello otro tan normal de «eso le pasa a la gente irresponsable». Son muchos los que ante el tema dan respuestas del tipo «Yo no nunca he tenido un percance en mi puesto, porque llevo muchos años y pongo mucho cuidado.» Pero el accidente no entiende de experiencia y basta con que ocurra sólo una vez y nos pille por sorpresa.
Lo cierto es que todos, independientemente de nuestro nivel de formación y nuestra experiencia profesional, podemos sufrir un accidente grave incluso habiendo tenido la precaución de protegernos frente a esa posibilidad. Imaginen entonces el riesgo que se corre si no se tienen en cuenta los mínimos requisitos para proteger nuestra salud y nuestra vida.
Por eso nos equivocamos cuando pensamos que la prevención de riesgos laborales es algo que la empresa debe cuidar. Es habitual pensar «Es que mi jefe no compra guantes o mascarillas.» Pero la prevención de riesgos laborales comienza por nosotros mismos basada en una premisa principal: preservar tu salud por encima de las necesidades de la empresa. Ese es el principal objetivo de la prevención, y todo trabajador está obligado a cumplirlo. Por lo tanto, todos los profesionales tienen la obligación de proteger su salud y es tan responsable como la empresa de trabajar de forma irregular. Así que todos debemos grabarnos en nuestra mente una idea: «Es tan irresponsable no utilizar medidas adecuadas, como utilizarlas incorrectamente o ignorar las técnicas y los medios puestos a nuestra disposición para proteger nuestra salud en el ejercicio de nuestra labor profesional, como no exigir a la empresa dichos medios para protegerla.»
No nos sirve como trabajadores conformarnos con exponer nuestra salud con la excusa que nuestro jefe no pone los medios necesarios. La legislación española pone a disposición de los trabajadores medios legales para que estos exijan la protección de su salud a las empresas, que están obligadas por ley a cumplir una serie de requisitos para cuidar de sus trabajadores.
Desde el punto de vista de la empresa, también la prevención, además de una forma de proteger la salud de los trabajadores, es una inversión en calidad de cara a sus clientes. Porque las empresas donde la accidentalidad es alta transmiten una idea de recursos limitados o condiciones de trabajo inadecuadas. La empresa moderna hoy sabe que la prevención vende, y que un trabajador sano y en activo produce beneficios para la operatividad de la compañía, como para la satisfacción de su plantilla.
El empresario español es cada vez más serio y responsable. Prepara y planifica sus campañas de prevención de riesgos laborales, pero no debe relajarse a pesar de la crisis que está soportando nuestro mercado, porque en la actualidad la prevención ayuda a la competitividad de las empresas que cada vez miran hacia el mercado exterior.
Así pues, como trabajadores debemos conocer que existen derechos y obligaciones. Estamos obligados a conocerlos y a aplicar los medios para proteger nuestra salud, y a exigir a nuestras empresas que se preocupen de poner los medios necesarios en materia de PRL.
Como empresas estamos obligados a facilitar a los trabajadores formación y medios para proteger su seguridad y su salud y a exigirles que apliquen correctamente las medidas preventivas.
Con todo lo expuesto, si todavía alguien necesita un argumento más para comprender la importancia de la prevención de riesgos laborales les lanzo una reflexión: trabajar es menos importante que disfrutar de la vida. Por eso tenemos que trabajar seguros para disfrutar la vida con salud.
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