Mi padre, ya fallecido, fue un excelente profesional, directivo de una multinacional farmacéutica, siempre explicaba cuál había sido la clave de su desarrollo y éxito.
El comparaba la carrera profesional con el ascenso a una montaña. Cada nuevo proyecto suponía un nuevo reto , nuevos jefes, nuevos procedimientos, , nuevos proveedores o clientes… todo era nuevo, hasta el miedo y la incertidumbre. Y esa ascensión aumentaba su adrenalina, su emoción y su ilusión por crecer y llegar a la cima.
Mi padre decía que había un punto en el que la montaña se convertía en una llanura aparentemente infinita. Ya nada era nuevo, y por lo tanto fácil de controlar, los proyectos, los retos, los clientes, jefes, colegas, o dificultades. No se teme a lo que se conoce y se sabe cómo sortear o evitar. Y empieza una etapa relajada, de control de la situación…plana. Una llanura. Que puede ser infinita… o no.
Mi padre siempre decía que esa llanura no era tal, sino una meseta, en la que, igual que se había ascendido, se volvía a bajar. A veces suavemente, otras de una manera abrupta, violenta, dura, y muy difícil de asimilar. Una caída en picado, como desde un barranco o un precipicio.
Mi padre siempre decía que el gran truco estaba en identificar cuál era el punto exacto de la meseta en la que convenía saltar a la siguiente, emprender una nueva ascensión. Ni demasiado pronto, ni demasiado tarde. Difícil ¿Verdad?. Ni demasiado pronto, porque hay que asentarse, anidar en los proyectos, aprender con los mismos, equivocarse para seguir aprendiendo, y eso lleva su tiempo. Ni demasiado tarde en el que, ya sabemos, lo que nos espera es el barranco y la caída.
El no hablaba de saltar de uno a otro sin análisis ni reflexión, ni consideraba que era necesario cambiar de empresa. Hablaba del cambio, del nuevo reto, departamento, posición, cambio transversal o, efectivamente, de una nueva empresa… ¡Ah! Y esta teoría la exponía en los años sesenta, que tiene su mérito.
Siempre hice caso de sus consejos. Evolucioné en mis trabajos y siempre supe cuál era el momento de saltar. Solo en una ocasión no fui consciente de que la llanura se acercaba peligrosamente a su fin y el barranco y la caída me pillaron por sorpresa, como una bofetada.
Me repuse de aquella caída y comencé un nuevo reto, una nueva montaña, me reinventé en consultora de Outplacement, y seguí creciendo y escalando montañas, sin dejar consumirse las llanuras, sin dejarlas que se convirtieran en mesetas.
En mis años de Coach y Consultora de Outplacement he escuchado muchas historias de mesetas con caídas abruptas después de llanuras interminables. Y relatos apasionantes y apasionados de nuevas “escaladas”.
Os invito a viajar, a escalar, a sentir, a soñar, a emocionaros con todo lo nuevo y diferente que llegue a vuestras vidas. Y si no llega.¡¡Salid a buscarlo!!!. Como el caminante busca nuevos caminos, nuevas veredas ¡¡nuevas montañas!!.
1 comentario en «Teoría de la Meseta»
Me emociono leer esta tan importante informacion sobre la meseta wao pensé que sería aburrido pero no, la entendí y lo mejor me divertí haciéndolo.
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