El exministro de Finanzas holandés y presidente del banco ABN Amro, Gerrit Zalm, no ha dudado en adoptar la personalidad y vestimenta de Priscilla, su peculiar hermana ficticia encargada de la dirección de un burdel, con el objetivo de mostrar a la plantilla las enseñanzas que un banquero puede obtener del llamado oficio más antiguo del mundo.
No sabemos si aprendieron algo, pero lo que ha quedado claro es el mal gusto de este personaje.
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