Para algunas personas es algo normal y forma parte de su personalidad. Aunque si no se trata, puede cuausar graves consecuencias para la persona que lo sufre como para los que le rodean.
Puede tener causas psicológicas debido a situaciones como el estrés, preocupaciones personales, laborales o, en ocasiones, al simple aburrimiento.
A tratarlo en cualquier caso.
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