Suelen dar lugar a equívocos y costar, demasiadas veces, muy caro. Hay que evitarlos a toda costa y, sobre todo, entender que no siempre son las cosas como nosotros creemos y que, escuchando a la otra parte, podemos entender que no es como pensamos.
Y es que, habitualmente, nos dejamos llevar por la primera impresión, que puede no ser la verdadera.
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