Se da fundamentalmente en personas con baja autoestima. También en profesionales que han llegado a ciertos lugares no por un proceso de estricta meritocracia, sino por un golpe de suerte, un contacto (el clásico enchufe) o una concatenación de circunstancias, como estar en el momento adecuado en el momento preciso.
Diversos estudios que han analizado el fenómeno también han llegado a la conclusión de que se da con mayor frecuencia en mujeres, debido posiblemente a que siguen sufriendo discriminación y brecha de género y se sienten en la obligación de tener que demostrar su valía de una forma mucho más frecuente y visible que sus colegas varones; en jóvenes, a quienes les pesa la fata de experiencia y sentirse permanentemente observados por sus compañeros más veteranos; y en entornos muy competitivos, volátiles y con alta rotación, como el sector tecnológico, por el miedo a perder el trabajo si no se cumplen con unas altas expectativas.
En este editorial puedes descubrir todo sobre este padecimiento.