En los últimos años, el sector marítimo a nivel global se ha enfrentado a una escasez crítica de profesionales cualificados. Esta falta de personal es una problemática recurrente que está afectando diversos subsectores: desde los mercantes hasta la pesca, pasando por los cruceros turísticos y los yates de recreo.
Un ejemplo significativo de esta crisis es la decisión de Princess Cruises de cancelar once cruceros debido a la falta de personal adecuado.
Este no es un caso aislado. La carencia de trabajadores en el sector de los cruceros ha sido tan grave que numerosas compañías han operado al 70% de su capacidad. Las consecuencias de esta escasez son múltiples y afectan duramente al sector. No solo las operaciones marítimas se resienten, sino también la economía global, considerando la importancia del transporte marítimo en el comercio internacional. Las proyecciones publicadas por ElCorreo.es indican que para 2026 la escasez de trabajadores marítimos alcanzará su pico, el nivel más alto desde 2013.