Los infiltrados pueden ser empleados, proveedores o trabajadores de empresas asociadas. Además, sus motivos pueden variar desde el beneficio económico a la venganza, pasando por razones políticas o ideológicas. La Darknet es atractiva para los ciberdelincuentes por su anonimato casi perfecto, lo que la convierte en un espacio ideal para encontrar colaboradores y ofrecer oportunidades de empleo ilegal. Muchas ofertas van dirigidas a personas con información privilegiada, es decir, con conocimientos y acceso a sistemas sensibles que pueden ayudar a los ciberdelincuentes a penetrar en redes empresariales protegidas. Aunque podemos imaginar que, con el avance de las herramientas de ciberseguridad, el negocio del robo de información privilegiada se va reduciendo, lo cierto es que durante los dos últimos años sigue floreciendo en la Darknet.
Los infiltrados en una empresa son valiosos para los ciberdelincuentes porque tienen acceso a información crítica y pueden debilitar las medidas de seguridad desde dentro. Así, les suelen ofrecer grandes recompensas económicas a cambio de cooperación e incluso pueden proporcionar formación especial para maximizar los daños. Contratar a un infiltrado es caro y peligroso, por lo que los ciberdelincuentes se centran en estos casos en sectores lucrativos y grandes empresas. Por ejemplo, los sectores financieros, de telecomunicaciones o tecnológicos son objetivos populares.
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