Con la llegada de septiembre, el retorno a la rutina cobra protagonismo y, en muchos casos, desencadena el conocido como síndrome posvacacional.
Entre el 30 y el 40% de la población activa se ve afectada por esta transición, marcada por la incertidumbre laboral, la inestabilidad en el mercado y los cambios en las dinámicas de trabajo, incluyendo el teletrabajo.
Los síntomas del síndrome posvacacional se han identificado como un fenómeno que perdura aproximadamente una semana. Entre los efectos más comunes se destacan el cansancio, la irritabilidad, la dificultad para concentrarse y la lucha por recuperar la rutina laboral. Estos malestares se manifiestan en dolores de cabeza y estómago, trastornos del sueño, episodios de tristeza, insomnio e inapetencia, entre otros.
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