El “salario emocional” es el tipo de prácticas se centra en las gratificaciones de carácter no económico que un trabajador puede obtener, normalmente relacionadas con las facilidades que se le dan a la hora de satisfacer sus necesidades personales, familiares y profesionales, mejorando su calidad de vida y contribuyendo a la conciliación laboral.
La evolución en las necesidades y retribuciones emocionales de los trabajadores abarca ahora también a los líderes de sus equipos. Una definición que también ha ido cambiando a lo largo de los años, alejándose de las figuras estrictamente autoritarias para convertirse en una figura inspiradora y de confianza, con características como la empatía y la capacidad de escucha.
Sin embargo, todavía hay muchas empresa que no invierten en este tipo de salario emocional. Las que no lo hagan perderán la carrera por la fidelización del talento.
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