La sociedad está inmersa en una batalla deportiva. Los países compiten entre sí por hacerse con el pódium y el trofeo, sus equipos son en estos momentos sus grandes ‘pilares’ a nivel deportivo, representando a sus ciudadanos y sus comunidades y escalando posiciones de prestigio en un mundo cada vez más competitivo y ansioso. Pues bien, en medio de esta competición, hay otra que se está luchando día tras día, fuera de los campos de fútbol y dentro de las organizaciones.
En plena guerra por el talento, los directivos compiten diariamente por situarse entre las primeras posiciones como marcas atractivas para los profesionales, como un lugar al que querer unirse y donde querer quedarse.
Al igual que los equipos de fútbol que ahora juegan el mundial, los líderes también necesitan entrenamientos, constancia, nuevos retos y nuevas estrategias de ataque, en términos de atracción, pero también de defensa, en términos de fidelización. Y, al igual que en la mundo futbolítisco, es necesario trabajar ‘minuto a minuto’, confiando en la victoria final y dejándose la piel desde el primer instante.