Aunque el cuidado del bienestar emocional ha ganado un peso importante para la ciudadanía, la realidad es que aún sigue siendo un tema estigmatizado para gran parte de nuestra sociedad. Debido a esto, el bienestar emocional continúa sin tratarse como una prioridad, y muchas personas no prestan suficiente atención a sus emociones, resultándoles difícil reconocer que están pasando por un periodo complicado y que deberían recibir ayuda de un profesional.
Reconocer este malestar y pedir ayuda psicológica no es un signo de debilidad, sino una forma de autocuidado y de toma de conciencia de nuestro propio organismo, que va a ayudarnos a conseguir un mayor desarrollo personal. De hecho, ir al psicólogo no tiene que estar siempre acompañado de una sintomatología negativa específica. La terapia psicológica no solo es una forma de ayudarnos a reducir un malestar, sino que también es un recurso perfecto para el crecimiento personal y el autocuidado, que incrementa nuestro bienestar de encontrarle un sentido al hecho de realizarla.