El sector bancario fue durante años uno de los más estables y resilientes a nivel laboral. Sin embargo, en los últimos tiempos, el impulso de la digitalización, incentivado por la crisis sanitaria ha provocado cambios estructurales que afectan de forma directa a la calidad del empleo.
Las fusiones y adquisiciones realizadas recientemente también han acentuado la importancia de gestionar la recolocación de más de 18.000 profesionales que perdieron su empleo solamente en el año 2021. Según el Banco de España, la cifra de puestos destruídos asciende a 21.196 en los últimos 5 años y, según CCOO, supone la extinción de 115.000 empleos desde la crisis financiera de 2008.