Muchas son frasecillas con apariencia profunda que se dicen para alentar el rendimiento de los empleados y repercutir en algunos KPIS de Recursos Humanos, como la retención del talento y la mejora de la productividad. Paradójicamente, en el mejor de los casos, muchas de esas frases para motivar empleados resultan vacías. En el peor, pueden generar malestar en ellos y volverse, como un bumerang, contra aquello que pretenden conseguir.
Esas frases para motivar empleados que no se deben decir -si de verdad se quiere mejorar la salud mental en las empresas– son básicamente una amalgama de varios ingredientes. Para empezar, mezclan presuntos proverbios exóticos con citas atribuidas a gurús de la inspiración o personajes históricos de todo tipo, sin ninguna garantía de que sean afirmaciones hechas de verdad por ellos. Suelen alternarse con frases anónimas formuladas como si fueran explosiones de sabiduría cuando, en realidad, son simplezas que podría haber afirmado cualquier persona en cualquier momento.
Los comentarios están cerrados.