En un entorno de contratación difícil, hoy más que nunca, los departamentos de RRHH deben responder a los retos de proximidad y capacidad de respuesta a los empleados y candidatos, centrándose en las misiones de valor añadido, con vistas a garantizar la eficacia de la empresa.
Sin embargo, los equipos de RRHH se ven a menudo desbordados por tareas administrativas que acaparan gran parte de su actividad, y deben equilibrar cuidadosamente el negocio, los procesos y las relaciones humanas. Algunas de las tareas resultantes son fundamentales para la propuesta de valor de las empresas a los ojos de sus trabajadores actuales y futuros. Entre ellas se encuentran la creación y el cultivo de una imagen de marca de empleador, la puesta en marcha de una experiencia de empleado atractiva y distintiva, o la conexión genuina con los que trabajan sobre el terreno a través del contacto y el diálogo, con el fin de estar lo más cerca posible de los problemas reales a los que se enfrentan los empleados.
Los comentarios están cerrados.