Un 20 % de los trabajadores y hasta un 50% de estudiantes recurren a la frase “ya lo haré más tarde” para posponer aquellas tareas que son aburridas o difíciles, a esto se le llama procrastinar y es un problema intergeneracional que afecta a un gran número de personas.
La procrastinación no proviene de la pereza, si no que su fuente es la reacción negativa que producen la realización de ciertas tareas, que pueden resultar demasiado exigentes, o muy monótonas y aburridas. Muchas personas, ante el rechazo inicial que les produce realizar estas tareas prefieren ocupar su tiempo con otro tipo de actividades como revisar los correos, las cuentas bancarias o limpiar con el objetivo de sentirse productivos.
El entorno, las tentaciones, la baja autoconfianza producida por los malos hábitos, el exceso de confianza o la falta de energía y motivación también son algunas de las causas principales de la procrastinación.
Algunas herramientas para terminar con la procrastinación serían:
- Activación
- Planificación
- Fraccionar el trabajo
- Eliminar distracciones y malos hábitos
- Desconectar
- Proteger el tiempo
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