En una era caracterizada por la incertidumbre en todos los ámbitos y, también en el laboral, la figura del jefe se ha vuelto clave para retener el talento en las organizaciones. De hecho, más del 70% de los abandonos de puestos de trabajo se deben a la personalidad y la mala gestión del talento de los jefes de equipo, según un estudio de la consultora de RRHH Equipo Humano.
En el estudio, el reconocimiento se sitúa en el primer puesto de aspectos más valorados por los empleados con un 87%, seguido de la gratitud (75%) y la escucha (72%). Por eso, en los últimos años, el rol de los jefes de equipo ha empezado a sufrir una transformación hacia la humanización. El objetivo es que estas posiciones aprendan a gestionar todo el talento de sus equipos para aumentar el compromiso de las personas hacia la empresa y mejorar su productividad al estar más felices en sus puestos y en su desarrollo profesional.
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