El trabajo se ha revelado como una fuente importante de estrés en los últimos años. Aunque el estrés se trata de una reacción natural del organismo, cuando se da en exceso, se puede convertir en un estado que dificulta la vida diaria afectando de manera directa a la salud tanto física como mental.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocía en 2019 oficialmente como enfermedad al estrés laboral entendiendo este como un problema colectivo y no individual, ya que afecta a trabajadores de cualquier profesión. No solo tiene efectos sobre la salud, sino que también influye directamente en la productividad disminuyendo el rendimiento e incrementando en muchos casos el absentismo laboral.
Sufrir este tipo de estrés incrementa el riesgo de presentar problemas de salud como problemas cardiovasculares, presión arterial alta, contracturas musculares, estados de ánimo bajos, problemas digestivos e incluso problemas bucodentales.
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