Procrastinar es uno de los errores frecuentes que cometemos en el trabajo y que merman nuestra salud mental. Esta práctica tiene que ver con el hecho de posponer las tareas pendientes, y de dejarlas “para otro momento”, a la vez que nos distraemos con otras cosas.
Procrastinar reduce nuestro rendimiento laboral, e incluso, nuestra motivación, ya que nos sumerge en un estado de apatía y pereza que dificulta la vuelta al trabajo. Algunos trucos que van bien para dejar de procrastinar (o para hacerlo un poco menos) son:
- “La regla de los dos minutos”: si lo que tienes que hacer, puedes acabarlo, no lo pienses más y ¡hazlo!
- Dividir las tareas en tareas más pequeñas; así será más fácil que te pongas con ello
- No te culpabilices por procrastinar; es normal estar algunos minutos al día, descansando, o simplemente sin hacer nada. Tolera ese mínimo de procrastinación.
Los comentarios están cerrados.