Es importante desconectar una vez apagamos el ordenador, o nuestra herramienta de trabajo, y salimos de la oficina, de la tienda, del almacén o del lugar de trabajo. Desconectar significa apagar todas las voces interiores que nos recuerdan tareas del trabajo, problemas, cosas que han pasado durante el día, etc., y activar el “chip” de vida personal.
Puede ayudarnos tener la norma de no hablar de trabajo en casa, tener solo un teléfono para el trabajo y apagarlo, salir del trabajo e ir a hacer algo que nos gusta, tomarnos un baño relajante, quedar con alguien o descansar.
Si no desconectamos nunca, y nos llevamos los problemas a casa, corremos el riesgo de acumular cansancio físico y mental y de desarrollar estrés y/o ansiedad, así como el síndrome de burnout.
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