¿Alguna vez has gritado a pleno pulmón en una montaña esperando a que el eco devuelva tu voz? Es una sensación que roza lo mágico y hace que te emociones al recibir de vuelta las palabras que acabas de lanzar. Sin embargo, hay veces que te quedas esperando esa repetición sin éxito, permaneciendo a la espera y decepcionándote o sintiéndote incómodo al ver que no pasa nada. En ese momento puede que trates de repetir la maniobra porque no has recibido la respuesta que esperabas.
Seguro que en más de una ocasión al escuchar tu propia voz en un audio te ha resultado extraña. Te cuesta reconocerte hasta que vuelves a reproducir la grabación una o dos veces más. Algo parecido pasa en nuestros equipos de trabajo, hay veces que estamos más pendientes de oír nuestro propio mensaje que de llegar a los objetivos marcados.
Los comentarios están cerrados.