No rinde más el que más horas trabaja, sino el que mejor las aprovecha. Aunque a estas alturas esta sentencia pueda parecer un tópico, desde Woffu reivindicamos este modelo a través del concepto de trabajo líquido, que no es otra cosa que racionalizar, escuchar y flexibilizar los horarios, teniendo presente que el ritmo de consolidación de los proyectos.
En este sentido, la gestión no depende tanto del tiempo que nuestros empleados pasen sentados frente al ordenador, sino de la calidad del trabajo que nos ofrezcan de su parte.
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