Los trabajadores de las pymes de toda Europa temen verse obligados a volver a la oficina porque trabajar de forma remota no les permite centrarse en la experiencia del cliente o en hacer crecer el negocio.
Las formas de trabajo tradicionales impiden que las pequeñas empresas logren un resultado final más sólido, ya que su personal dispone de menos tiempo para vender más o de un tiempo limitado para proponer nuevos modelos de negocio. Mientras se pierden estas oportunidades, la creatividad, la motivación y la satisfacción de los empleados se ven obstaculizadas por la realización de tareas monótonas y rutinarias.
Los comentarios están cerrados.