Uno de los enemigos de la productividad son las reuniones de trabajo largas en las que se da rodeos a la misma idea. Si bien es cierto que las reuniones son necesarias para organizar el trabajo y que éstas se han multiplicado desde el inicio de la pandemia, hay encuentros de este tipo que afectan a la productividad del personal.
Un informe sostiene que el 45% de los trabajadores se siente agobiado por el número de reuniones que debe atender y el 47% afirma que no son realmente productivas.
Para que la reunión sea productiva y eficiente lo primero que debe hacerse es definir el objetivo de la misma. Para ello, los responsables deberán responder a preguntas referentes al motivo de la reunión y a lo que se espera del encuentro, ya que si no se tiene claro es posible que se pierda el tiempo, en vez de invertirlo.
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