A pesar de tener un plan de negocio perfectamente estructurado, la falta de colaboración entre departamentos o las tareas administrativas que se repiten o exigen demasiado tiempo y recursos está provocando que muchas pymes encuentren serias dificultades para abordar la gestión de su día a día.
Muchas de las tareas a las que se enfrenta una pyme no solo aportan poco valor, sino que restan demasiado tiempo. Problemas para priorizar tareas o postponer determinadas actividades por desconocimiento, porque siempre hay algo más importante, o, sencillamente, por falta de tiempo, llevan a una gestión deficiente, lenta e ineficaz.
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