Un habitual cada final de verano; el síndrome postvacacional aparece en forma de añoranza por el relax y la desconexión de las vacaciones y la llegada del estrés, el ajetreo y la rutina. Eso sí, toca poner en orden todo tras un mes de escasa actividad y lo peor de todo… ¡gestionar y borrar miles y miles de correos!
¡Ánimo!
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