Aunque no defendamos tampoco el teletrabajo a tiempo total, también queremos recordar que no nos gusta nada el presencialismo. Por muchos motivos: porque se pierde productividad, porque se incrementan los gastos de empresas y empleados, porque se pierde confianza y flexibilidad, algo clave en estos tiempos… ¿Seguimos?
¡A ver si aprendemos de una vez!
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