Esta crisis no ha hecho más que reproducir un tipo de personalidad que es habitual en nuestra sociedad: los falsos alarmistas. Personas cuya única misión diaria es criticar cada cosa que hacen los demás, ya sean políticos, deportistas, periodistas… o hasta sus propios vecinos. Mejor centrémonos en cumplir con las reglas y menos criticar y alarmar sin saber. Y encima sin una opinión clara: que si sales sin mascarilla, que si no guardas la distancia de seguridad, que si vaya franjas, que si qué vergüenza lo que cobran los futbolistas, que si los niños lo tocan todo, que si las franjas están para respetarlas…
¡Estos también son culpables!
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