Puede que sea lo peor de cualquier situación grave, problemática o crisis; el hecho de no saber cuándo y cómo acabará todo es lo que nos hace sentir miedo y respeto, esa incertidumbre es la que nos hace ser pesimistas y mirar al futuro con esperanzas inciertas y preocupaciones. Dejemos a un lado la incertidumbre y centrénomos en lo que podemos controlar.
¡Queda menos!
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