Cuando no vivíamos confinados en nuestras casas, ayudando a que el coronavirus detenga su propagación, desconectábamos mucho más que antes, tanto del trabajo en general como de lo digital en particular. Y es que ahora, de la cama al escritorio y del escritorio al sofá… no nos despegamos de las pantallas en todo el día. Y eso trae problemas.
¡Desconecten…, como sea pero desconecten!
Los comentarios están cerrados.