Para los conferenciantes, directivos, líderes… es importante y casi casi vital tener un buen don de la palabra, saber expresarse a la perfección en público, utilizando el lenguaje adecuado, la gestualidad propicia y dejando los nervios y las inseguridades aparte. Pero muchas veces no es fácil. Es cierto que el discurso puede ser un don innato a la persona pero que también se puede trabajar.
¡A hacerlo!
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