Molesto, laboralmente hablando. Hay gente que exige mucho y luego da poco. Que quiere las cosas rápido pero su respuesta tarda días en llegar o incluso ni llega. Con los que la comunicación no es nada fácil, no es fluida, no es concreta y que, para lo de los demás, pretenden corregir cada detalle, cada punto y cada coma. Esa gente, y sus formas, lejos de sumar, resta…
¡Y mucho!
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