Resulta que para los trabajadores europeos, el traslado desde casa al trabajo y viceversa se está convirtiendo en un quebradero de cabeza. Especialmente en las grandes ciudades, los tiempos son larguísimos, superiores a la hora u hora y media en bastantes casos. Y es que, después de todo ese tiempo metido en un metro, un tren, un autobús o un coche, afrontar una jornada laboral es mucho más duro.
¡A plantear alternativas!
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