No es sano estar todo el día pendiente del teléfono móvil o de la tablet de turno. Pero no es sano, ni en la vida cotidiana ni en la vida laboral. La desconexión digital debe producirse sí o sí, por derecho legal y por obligación vital. Y es que las adicciones son malas y, en este caso, la que implica el uso constante de la tecnología puede provocar graves enfermedades físicas y psicológicas.
¡A dejar el móvil a un lado!
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