Y es que el cambio de hora tiene muchas consecuencias negativas: menos productividad, más accidentes laborales, falta de sueño, hipertensión, migrañas, suicidio, robos, debilidad… la lista es prácticamente interminable. Es cierto que no a todas las personas les afecta igual pero, sí que es cierto, que tanto para la vida laboral como para la vida personal supone un pequeño o gran problema.
¿Cambiará la ley?
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