Un escaso y ridículo 4,7%: eso es lo que ha crecido el liderazgo femenino en los últimos veinte años. Un aumento que debería potenciarse en los tiempos que corren, en donde la igualdad y la diversidad de género se han convertido en prioridad para muchas empresas. Pero no es suficiente. Hace falta más.
¡A seguir mejorando!
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