Se cuelan en eventos profesionales para buitrear sin ser invitados y, lo más grave, engañan para tener acreditaciones cuando saben que, de decir su verdadera actividad, nunca serían admitidos.
Y es que el hambre es muy mala consejera y hay gente que tiene escaso talento, por no decir ninguno, excepto para engañar, mentir e, incluso, robar.
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