Llega el verano y, con él, un calor sofocante que hace que los incendios sean algo cotidiando, desastroso y dañino.
Y es que ya se sabe, todas las precauciones para evitarlos son pocas.
Llega el verano y, con él, un calor sofocante que hace que los incendios sean algo cotidiando, desastroso y dañino.
Y es que ya se sabe, todas las precauciones para evitarlos son pocas.
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