Y es que, a día de hoy, aún nos rodeamos, desgraciadamente, de personas cuyos complejos les convierten en personalidades grises, tristes e, incluso, desagradables.
Fuera complejos.
Y es que, a día de hoy, aún nos rodeamos, desgraciadamente, de personas cuyos complejos les convierten en personalidades grises, tristes e, incluso, desagradables.
Fuera complejos.
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