La extrema ‘dependencia’ de sus bandejas de entrada está haciendo perder productividad a los empleados británicos. El acto de comprobar la entrada de correos electrónicos y gestionarlos se está convirtiendo en un hábito «obsesivo» que ya está repercutiendo negativamente sobre la productividad de los trabajadores, según afirma un experto, que ha propuesto prohibir el envío de mails entre personas que estén en una misma oficina.
¡Prohibido prohibir!
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