Para nuestra desgracia, están por todos lados y son los que menos te lo esperas. Su capacidad de invención es digna del mejor de los escritores de ciencia ficción y su disposición a no darse cuenta de que la realidad es distinta a su manera de ver la vida, preocupante.
Lo malo para ellos es que, al final, antes se coge a un mentiroso que a un cojo.
Los comentarios están cerrados.