La constante volatilidad y la rápida evolución de los mercados hace que las empresas se enfrenten a un desafío sin precedentes: la necesidad de adaptarse continuamente para mantener su competitividad y relevancia. Los paradigmas empresariales tradicionales que históricamente han sido sinónimo de éxito, marcados por estructuras más rígidas y jerárquicas, han dado paso a una nueva era en la que la adaptabilidad y la capacidad de respuesta veloz son imperativas.
En este contexto, surge el concepto de Business Agility, un paso más allá del movimiento Ágil, que se ha convertido en un pilar fundamental para aquellas empresas que aspiran a sobrevivir y prosperar en un entorno empresarial cada vez más competitivo y exigente.
Las compañías, conocedoras de esta situación, reconocen la necesidad de adoptar metodologías ágiles. De hecho, según el informe The Business Agility Report, el 70% de las empresas a nivel mundial necesitarán comenzar a utilizar técnicas y enfoques ágiles para poder mantener su competitividad en el futuro próximo.