Un buen clima laboral es imprescindible a la hora de desarrollar nuestra actividad profesional satisfactoriamente. Aunque, para hacerlo desde la motivación y sentir un vínculo con nuestra empresa, los factores que influyen van más allá del salario que recibimos. En esta línea, la relación que tenemos con nuestros superiores también se convierte en un factor muy relevante a la hora de garantizar un buen ambiente en el trabajo.
Y es que, en muchas ocasiones como esta, cuando hablamos de líder o jefe, nos referimos directamente al CEO de una compañía, pero: ¿cómo deben dirigir los mandos intermedios? Noelia De Lucas afirma que se trata de una figura clave que debe estar perfectamente engranada con la visión y la cultura de la empresa. “Las personas que ocupan mandos intermedios ejecutan una tarea fundamental en el desarrollo y el buen funcionamiento de los equipos. El hecho de trabajar mano a mano con ellos facilita la empatía y la mejora continua, siempre bajo una cultura basada en la confianza y la colaboración”, explica.
Del mismo modo, tampoco hay que perder de vista la importancia de una comunicación efectiva entre los profesionales y sus superiores. “Han quedado obsoletos los sistemas de gestión más coercitivos, en los que puede parecer que te estás jugando tu puesto de trabajo en cada reunión con tu jefe. Desde una relación de confianza, se es más productivo y se trabaja mejor”, afirma De Lucas. Así, la directiva no solo da importancia a las reuniones de equipo o one-to-one, sino también a los encuentros o comidas más informales, que permiten conocer a la persona en su totalidad.
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