Dos de cada diez inmigrantes llegados en patera en 2006 tiene hepatitis, lo que supone un número aproximado de 4.000 infectados. Al menos en un caso se ha diagnosticado el virus VIH, pero la Policía reconoce que el afectado fue trasladado a la Península en uno de los vuelos de la vergüenza de la política de dispersión. El SUP, por medio de un portavoz autorizado en Las Palmas, ha informado a Libertad Digital que se analiza el estado de salud de todos los retenidos y los resultados revelan una tasa significativa de enfermedades contagiosas. Un agente de la Policía en Tenerife ha contraído el tifus por el estrecho contacto con las condiciones infrahumanas en una comisaría. Tres motines, el último este sábado, han alertado de una situación explosiva, ante la que hasta el delegado del Gobierno ha reconocido que "no aguanta más".
La tasa de infectados por la Hepatitis roza el 20%, según reveló a Libertad Digital un portavoz autorizado del SUP en la provincia de Las Palmas, basándose en la estadística del estudio analítico al que son sometidos los inmigrantes irregulares después de ser detenidos. Las conclusiones de este seguimiento nunca han sido hechas públicas por el Gobierno de la Nación, que sigue con su política de dispersión y –cuando se cumple el plazo legal de retención– puesta en libertad.
El mismo portavoz del sindicato policial indicó que "se ha verificado al menos un caso de VIH en lo que va de año, pero el portador fue trasladado a la Península en uno de los vuelos de dispersión, y en el SUP desconocemos dónde puede encontrarse ahora".
Un agente de Policía ha sido contagiado de tifus en la comisaría de Playa de Las Américas, al sur de Tenerife, uno de los recintos de acogida donde más se sufre la presión, con centenares de inmigrantes hacinados en las dependencias policiales, en estrecho contacto con los funcionarios.
"Los que consiguen llegar son, en general, los más fuertes, pero también es cierto que se ha detectado una tasa significativa de afectados por la hepatitis y que se introducen virus como el tifus o la malaria, característicos de la región subsahariana", comentó a este diario el SUP.
La organización profesional de los policías advierte del riesgo al que se exponen los agentes que están directamente en contacto con el aluvión humano que no deja de llegar a Canarias.
Particularmente insalubre es la situación en el cuartel militar de La Isleta (Las Palmas de Gran Canaria), convertido en un improvisado campamento de refugiados donde malviven entre 1.200 y 1.400 internos, dependiendo del número de pateras interceptadas cada día. Según describe el mismo directivo del SUP en Las Palmas, "el panorama es dantesco, aquello es un pedregal, lleno de polvo y tierra, los inmigrantes deambulan a la intemperie, sin apenas recursos para su higiene personal, encerrados como en un corral". El SUP asegura contar con imágenes de lo que conocen como "Guantánamo", y que las expondrán a la opinión pública en los próximos días, en el transcurso de una conferencia de prensa.
En el centro de retención de extranjeros del cuartel militar de La Isleta se produjo este viernes un intento de amotinamiento por parte de un grupo de internos que querían repetir el menú del almuerzo. Desde el miércoles, se han registrado tres amotinamientos de inmigrantes retenidos. En El Matorral (Fuerteventura), cinco de los siete policías que vigilan el recinto resultaron heridos en una trifulca iniciada por un grupo de inmigrantes. La tensión se ha reproducido este sábado, cuando unos 300 internos se negaron a ser identificados por agentes policiales de Senegal que cooperan en las repatriaciones.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, visitó dos centros de retención de Las Palmas de Gran Canaria el pasado 19 de agosto, antes de dar un mitin pre-electoral en esta ciudad. Su conclusión fue la de elogiar a los canarios por el trato humanitario que dispensan a los inmigrantes y pedir "paciencia y tenacidad" porque el de la inmigración ilegal es un desafío que necesita tiempo.
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