Los sectores económicos andaluces que usan de forma intensiva las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son el doble de productivos que los que no lo hacen, según un informe elaborado por expertos del Centro de Estudios Andaluces (Centra) y la Universidad Pablo de Olavide (UPO) en colaboración con el Instituto de Prospectiva Tecnológica de Sevilla (IPTS), organismo que depende de la Comisión Europea.
En concreto, si la productividad media era en 2004 en Andalucía equivalente a 100, la de estos sectores era de 199,9, según este trabajo, titulado La Contribución de las TIC al crecimiento económico y la productividad de Andalucía. Entre las empresas intensivas en TIC, el informe incluye las de agua y energía, papel, electricidad y electrónica, transporte y comunicaciones, intermediación financiera, servicios empresariales, sanidad privada y otros servicios personales.
Este estudio es el primero de estas características que se elabora en una región europea y es fruto de la investigación de Diego Martínez, del Centra, y Jesús Rodríguez, de la UPO. Entre los aspectos que revela está que los sectores intensivos en TIC generaron en 2004 el 38,66 por ciento del Valor Añadido Bruto (VAB) andaluz, porcentaje superior al de horas de trabajo que absorben (22,77 por ciento). Esto significa que para generar riqueza necesitan menos empleo del que requiere el resto de sectores, es decir, consiguen más valor por cada ocupado. «Son empresas más eficientes», subraya Martínez.
El VAB de Andalucía ha crecido a mayor ritmo entre 1995 y 2004 que el del conjunto de España, en concreto un 3,53 por ciento frente a un 2,98 por ciento –sin contar Administración pública y vivienda– . Lo mismo ha ocurrido con las horas trabajadas, que han aumentado un 3,39 por ciento en Andalucía y un 2,66 por ciento en el país. Sin embargo, en este periodo la productividad ha crecido en la comunidad andaluza menos de la mitad que la media nacional: un 0,14 por ciento frente a un 0,32 por ciento. Esto revela que el principal motor del crecimiento económico regional ha sido la fuerte creación de empleo, superior a la media española, lo que ha mermado la productividad.
Y ello a pesar de que en estos años el crecimiento de los sectores tecnológicos ha sido significativo: comunicaciones ha aumentado su VAB un 8 por ciento, hardware, un 21,3 por ciento y software, un 12,2 por ciento, lo que refleja, según Martínez, que en Andalucía «se ha hecho un esfuerzo diferencial».
Pero del 3,53 por ciento que ha crecido el VAB andaluz en la última década, la inversión tecnológica ha aportado el 0,64 por ciento, porcentaje por debajo del 0,99 por ciento que ha supuesto la inversión no TIC y el 2,54 por ciento que ha aportado el empleo.
No obstante, del crecimiento del 0,14 por ciento de la productividad andaluza registrado entre 1995 y 2004 fue responsable en mayor medida la inversión en TIC, que aportó un 0,46 por ciento, que la inversión no tecnológica, que supuso un 0,32 por ciento. Es decir, «el bajo crecimiento de la productividad hubiera sido aún menor de no ser por el capital destinado a TIC», explica el investigador.
Su conclusión es que «la economía española y la andaluza en particular están rezagadas respecto a los países líderes en nuevas tecnologías y esto afecta negativamente al crecimiento económico, la productividad y la competitividad». «Las tasas de crecimiento del capital en TIC –añade– han sido considerablemente altas los últimos años, pero insuficientes para quitar al empleo la primera posición y para llegar a tener un papel más fuerte en la economía andaluza».
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